Todas las alabanzas son para Allah, Quien hace menos los pesares y las preocupaciones, puedan sus bendiciones y paz ser con nuestro Profeta Muhammad el mejor de la humanidad.
Hijo mío… esta es una carta de tu pobre madre dolida, quien escribió sin vacilo ni demora. Frecuentemente cogia una pluma y se detenía por una lagrima, ella podría parar la lagrima, solo que el lamento prevalecía en su corazón.
Hijo mío…después de todo este tiempo, veo en ti un hombre maduro, una mente sana y de balanceadas emociones. Este es mi derecho sobre ti que al menos deberías leer este papel, luego si deseas puedes romperlo, como ya has roto las esquicias de mi corazón.
Hijo mío…Hace más de veinte años fue un día bonito y soleado cuando el doctor me dijo que estaba embarazada. Madres! un hijo, saben lo que esa palabra significa bien! Es una mezcla de emociones. Al comienzo el dolor marcado por cambios físico y emocionales. Después de esas buenas nuevas, te cargue 9 meses con radiante felicidad, me paraba con dificultad, dormía con dificultad, comía con dificultad, respiraba con dificultad. Nada de esto disminuyo mi gozo y amor por ti. En cambio mi amor creció más con los días y la añoranza que florecieras sin mí.Yo te cargue a ti, hijo mío, duramente debilidad sobre debilidad, dolor tras dolor, disfrutando de tus movimientos conforme incrementabas tu peso, pensé eso era para mi, una pesada carga. Fue un largo sufrimiento, después del cual llegaba el alba y sin dormir o sin cerrar mis parpados. Yo obtuve sufrimiento, angustia, temor e inquietud. Que ninguna pluma puede describir ninguna lengua pronunciar.La herida creció tan severa que me faltaban fuerzas para llorar. Muchas veces la muerte vi con mis propios ojos. Esto acabo hasta que llegaste al mundo, cuando las lágrimas de tu llorido se mezclaron con las lágrimas de mi dicha y removieron todos mis tormentos y heridas. Incluso en mi dolor, te tome con ternura y te bese antes de que ellos te llevaran lejos y te lavaran con tan solo una gota de agua.
Hijo mío…años han pasado de tu vida tanto como yo he cargado contigo en mi corazón y bañado con mis manos. Hice de mi regazo para ti una cama y de mis pechos tú alimento. Yo estuve despierta en mis noches para que tu pudieras dormir y trabajando en mis días así tu pudieras estar feliz. Mi deseo cada día era ver tu sonrisa y cada momento mi placer era que debieras pedir algo que yo pudiera hacer por ti era lo máximo de mi alegría.
Los días y las noches pasaron y yo seguía en aquel estado: como una sirvienta que no desatiende y una enfermera quien no para; un trabajador que no descansa, un suplicante por tu bienestar y éxito que no cesa. Te observaba día tras día hasta que tu cuerpo se fortaleciera y tu energía juvenil se tornara correcta y que las señas de tu madurez comenzaran a aparecer en ti. Me encontraba a mi misma corriendo a la derecha y a la izquierda; buscando el tipo de mujer que tú pedías. El día de tu matrimonio llego, los días de tu boda muy próximos. Esta vez mi corazón se rompió, mis lagrimas corrieron fuera de gracia por tu nueva vida y tristeza por tu partida. Después de eso, las horas y los momentos pasaron muy lentamente. Repentinamente me di cuenta que no eras el hijo que conocí, tu sonrisa desapareció, tu voz se desvaneció y tu expresión se volvió tosca. Me has desamparado y olvidado mis derechos. Los días pasaron y yo veía tu semblante y con una pena anhelando escuchar tu voz. Tu abandono fue demasiado y los días se habían dispersado. He estado pacientemente en la puerta, esperando que pudieras llegar, escuchaba ilusionada el sonido del teléfono hasta que yo misma caía en la desilusión. Los días se han extendido y las noches muy oscuras y tampoco tu voz escuchar. Has descuidado a la persona que cuido de ti con el mejor del trato humano.
Hijo mío… yo no pregunto solo un poco. Ponme en el lugar del menor de tus amigos, un poco de consideración. Hazme hijo mío una de tus estaciones del año en la que yo pueda verte aunque sea en un tiempo determinado.
Hijo mío…mi espalda se ha encorvado, mis extremidades se han arrugado. He estado cansada con dolencias, visitada por enfermedades. No me levanto si no con adversidad, no me siento si no con dificultad y mi corazón continua latiendo con amor para ti.
Hijo mío…siempre que escuche que eras feliz en tu vida mi felicidad y mi alegría se incrementaban. Estoy confundida, cuando eres tú el producto de mis preocupaciones. Que pecado he cometido que he llegado a ser la enemiga que no soportas ver. De quien las visitas son muy agobiantes? Alguna vez te falte en el trato o fui negligente al momento de servirte? Hazme parte de tus sirvientes que tienen tus derechos y garantízame parte de tu compasión. Otórgame parte de mi recompensa y se bueno, por Allah que ama las personas de bien.
Hijo mío…deseo verte! No quiero otra cosa que eso! Mi corazón esta roto, mis lagrimas han fluido y tu estas vivo recibiendo sustento. Escucho a la gente hablar sobre tu refinada forma y de tu graciosa conducta. Déjame ver, por lo menos, el ceño de tu cara, los rasgos de tu enfado.
Hijo mío…no es tiempo de que tu corazón se ablande por una débil mujer, agotada de la añoranza contenida; una mujer que ha hecho de su dolor y angustias un emblema en su ropaje; una mujer a quien su llanto has causado; a quien su corazón has entristecido, a quien el parentesco tu has roto?
Hijo mío… aquí esta la puerta del paraíso, frente a ti, así que búscala, llama a ella. Tal vez te encontrare allí, como dice en el hadiz: "Los padres son la mejor puerta al paraíso, asi que puedes ignórarla o ponerle atención a ella." (Narrada por imam Ahmed).
Hijo mío… se que desde que tu altura se ha incrementado y que tus hombros se han ensanchado , has buscado la recompensa y meritos. Tal vez has olvidado las palabras del Profeta salallahu aleyhi wa salaam: !Las acciones mas amadas por Allah subhana wa ta'ala es hacer el salat a su hora establecida, la benevolencia con los padres, el yihad por la causa de Allah (acordado). Aquí esta entonces la recompensa sin batallas ganadas o muertes de enemigos", así que donde estas tu de entre las mejores acciones?.
Hijo mío… te aviso para que no seas de aquellos mencionados por el profeta salallahu aleyhi wa salaam cuando dijo: “¡Que perezca! ¡Que perezca! ¡Que perezca!" Se le preguntó, "¿Quién, O Mensajero de Allah?" El Profeta, que la paz y bendiciones de Allah sean sobre él, dijo, "Aquel cuyos padres alcancen la vejez durante su vida, uno o ambos, y él no entre al Paraíso (a causa de su bondad hacia ellos)." Muslim
Hijo mío…no aumentare mis quejas ni contare mis penas, para que ellas se eleven sobre las nubes y alcancen la puerta del cielo, seas tomado como el mal de la ingratitud, castigo venga a ti, que tu vida sea tomada por la calamidad. No, no hare eso, aun eres mi hijo, una pieza de mí, la flor de mi corazón, la alegría de mi vida.
Despierta hijo mío… la edad te esta sobrellevando, los años pasan, pronto serás un padre viejo. La recompensa es dada de acuerdo a lo que se hace, y escribirás cartas a tus hijos con lagrimas en los ojos como lo he hecho yo. Y con Allah subhana wa ta'ala la adversidad que hayas acumulado.
Hijo… teme a Allah en tu madre, se constante con ella, el paraíso esta bajo sus pies, seca sus lagrimas, hazle menos su tristeza y si aun así insistes rompe su carta. Y sabes que quien quiera que haya hecho el bien es algo bueno para el y quien quiera haya hecho un mal es encontra de el mismo.
Que Allah subhana wa ta'ala nos haga ser benevolentes con nuestros padres, amiiin.
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